La Iglesia

 

La Iglesia



La iglesia de S. Prisca, dedicada a la mártir homónima, fue construida en los tiempos de Honorio I, entre el final del IV siglo y los inicios del V, sobre el grande Aventino, una de las colinas más famosas de Roma, rica de memorias cristianas y paganas. Esta iglesia merecería llamarse “Basílica de S. Prisca”, tanto por la estructura de tres pasillos sostenida por 14 columnas con cabezales corintios como por el periodo en que fue construida, época paleocristiana, como por el venerable y celebre lugar en el cual surge.
  En el curso de los siglos la iglesia ha sido restaurada más de una vez: Por Adrián I (772-795) y por Pacual II (1099-1118). En el XV siglo un incendio destruyó la parte anterior que viene restaurada por Calixto III (1455-1458).
En cuanto a la identidad del Santa, los Acta Sanctorum narran de una muchacha de trece años que fue encarcelada por el emperador Claudio, por haberse rehusado a adorar la estatua de Apolo. Porque perseveraba en su fe cristiana fue azotada y condenada a las bestias en el Circo Máximo. Pero lo leones en vez de devorarla se le postraron a los pies. Entonces la volvieron a encarcelar, la flagelaron y la lanzaron al fuego. Pero también la llamas la dejaron ilesa. Al final la decapitaron en la via Ostiense.





La fachada de la parroquia fue rediseñada en el siglo XVI por el arquitecto C. Lombardi de Arezzo durante el pontificado del Clemente VII. Presenta un tímpano imponente, apoyado sobre cuatro pilastras, partiendo de un único estilóbato. En el centro un portal flanqueado por dos columnas romanas de granito, es hoy el único ingreso de la iglesia








El altar mayor, obra barroca del arquitecto Lombardi está rodeado de frescos que muestran el martirio de Santa Prisca V.M. y el transporte de sus reliquias por parte del papa Eutiquiano.


















El cuadro del altar que representa S. Prisca mientras recibe el bautismo por manos de S. Pedro, fue hecho por Domenico Cresti, llamado el Pasignano (1560-1636).



















El cabezal-fuente del I siglo que antes se encontraba en la cripta. Dice una leyenda que S. Pedro bautizó a S. Prisca justo en esta fuente.